De cuando Barthes vio una trifulca bíblica



La dialéctica que pretende ejecutar a modo de “manera de proceder”, nos acerca a un Barthes preciso, matemático, prolijo, que esculpe con donaire no solo una prosa sobremanera bien parada, sino una sustancia defendida por sus atributos cognitivos.

En este “quehacer” devela líneas que van desde órdenes secuenciales (como su primer punto esquemático), donde la propiedad característica del objeto de estudio, dígase sexo, edad, físico, biografía, psicología son sometidos a escrutinio.

Estructuralmente hablando prosigue con el renglón de las funcionalidades de cada individuo en el texto, y por último culmina con el catálogo de acciones, secuencias de las mismas, o sea orden lógico de lo que acontece.

En cuanto a mis humildes observaciones con respecto al análisis, puedo percatar un esfuerzo sustentado con alas de carbón, no por ser poco sólidas, sino por lo mustiamente malvadas, de reducir a manera de mito convencional (cuando no a fabula clásica) la conseja de orden sacra y etérea, para los hermanos de la tradición judeocristiana. Cuando el francés expresa “… pero nuestra regla es la lectura, no la determinación, histórica, filológica, del texto: no leemos el texto en su verdad, sino en su “producción”, que no es su “determinación”)…” Vemos una voz que descuartiza el aparataje sagrado, para colocarnos el lente que fuera de pasiones “espirituales” envolvería el texto, lo aterriza a lo claramente convencional que resulta ser: héroe que es movido a una hazaña sobrenatural y que luego de ciertas peripecias gana un poder o facultad que lo pone en gracia con el rey o ser creador, en este caso el divino innombrable de la fe judeocristiana.


El orden demostró ser el artilugio que dilapida la supuesta originalidad excelsa de un hecho tan cardinal como el nombramiento de uno de los patriarcas del salvador; si Dios habla, se apoya en sustancias y andenes mitológicos que ontológicamente niega.

Uno esculpiría berreos tales como: ¿Es posible morder la mano que alimenta? ¿Cómo decir que son aproximaciones los hombros de gigantes que erigieron la sucesión de tantas fes, y la que ahora se autoproclama la única verdad? ¿Porqué tal nivel de prepotencia cósmica en un dogma que se sostiene sobre la humildad?

Me cito a mi mismo al decir que todo se reduce a paradoja (SIC), después de superar ciertas leguas (no muy distantes) de conocimiento, y de aproximarme a entender con cautela el miedo y la soledad.

Esta cuita, que no un altercado, a un texto impermeable como el de Barthes, no es tampoco un pormenorizado examen estructural del mismo. Con el análisis actancial de Greimas y el funcional de Propp, el citado enciende el horno que sumará la frase "folklorismo", aunque con sorna deje abierta las ventanas para atraer nuevos gorditos de bosque. Otras legere estarán a disposición de bostezar los caprichos de la implantacion oral en las tablas moradas.










Comments

Popular Posts